
Nos acostamos juntos nos levantamos separados. ¿Escuchan música sefaradí? ¡Felicitaciones! ¡A mí qué me importa! ¿Escuchan rock de UK? ¡Al cuerno con ellos y sus intenciones!

Y en mi opinión, "Alfonsina y el mar" es una bellísima, excelentísima y cadenciosa frase. Ah, estoy extasiado lunes, miércoles y viernes yendo a La Cigale. Es carísima, señoras, ¡pero me hago sentir vivo! ¿Qué sucede si tengo un resultado positivo en la tinción del pap? ¡Gudi Alen!
Miro el informativo y ¿qué veo? ¡Relajo! ¡Sí, relajo! ¡Relajo! Sí, sí, sí, ¡RE-LA-JO! ¿Murió Menem? ¡Todo por la barandilla! ¿Murió Guy Ritchie? ¡Que se vayan a freir espárragos!
En cambio voy a La Cigale y ah, todo pasa y todo queda, pero la frase "Alfonsina y el mar" es como sudor de ángeles, campanillas del final de la garganta profunda, fumar la paz sin filtro, como hacía David García, que héroe, ¡qué plan majestuoso, chiquilines!
Y sin embargo: ¡qué héroe, que plan majestuoso!