Jorge Amado

A ver cómo te explico... Es untable, es mantecosa, es dulce como el lápiz y directa como una choza. Es esponjosa, es variante, escrotos a las brasas y la vuelta de la ingle se atornilla en esta metáfora: "la noche se levanta la lámpara en terco amanecer... es menester la odisea que hemos sobrellevado, es amado..." Habilitemos un poco el neo-discurso a la marchanta. ¿No podríamos ir más rápido, por favor? Dejemos la política pastar en el enjambre que viene de la mano de otro mesmerismo, un señor de la intimidación y proselitismo lúbrico... Obviamente estoy hablando (cometas, no planetas ni patotas) de Leo Masliah. No se ha podido establecer contacto con Blogger.com. Podrían producirse errores al guardar y publicar. ¿Por qué es esto así y no de otra diversa machimbre?
Curemos el resultado: a veces te pones tan lánguida, tan austera, tan largamente quejosa y mecánica, que deberíamos tomar la meta como un fracaso
(¿te rije el manoseo?, somos dos!) y el polen como una cháchara, un choque o qué. ¿Sabes? Yo también he sentido aguda y otrora sociológicamente lamer. Y en franco devaneo he sabido de guindas. ¿Qué te parece, Cholito?
¡Nómbralo!

A pesar de ello muchos haberes se metieron en la jerigonza del buen pastor y gastaron lo que otros (te voy a hacer gritar como Prometeo encadenado gritaba) que menos poblados de cabellos y oficios, lucrarían. Entonces la docencia se convierte en un averno, en una dimensión precaria de dones que se otorgan sin profesar el verdadero amor por la paciencia del árabe o la misericordia del psiquismo incipiente: ¿la dislexia sería otra duda? Mójenme ahora! Ahora! Ahooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooora!
Bis.