En una poesía amorosa:
Es cierto, la sinestesia se me reventó
cuando te metaforizaba la verga
cuando te metaforizaba la verga
y cuando te pusiste asíndeton no
¿no eufemismo o no quisiste?
Igual el amor fue tan sinécdo que
corrimos a comprar los escarpines
paragoge y para los bebés que
quiasmo como lustrosos delfines
En una prosa ecuestre:
Manolito Eulalio Pereyra Bagual había puesto nombre apresuradamente a sus caballos briosos cual terreno: Zeugma, Hipérbaton, Paronomasia, Mixtura Verborum (padre e hija), Expolitio y Agar Agar. Una tarde iba caminando por el prado y compró unos chinchulines, pero cuál no sería su sorpresa cuando anástrofe y la calma empezó a vejarlo. Ahijuna (ahí mira).
-Me oximoronearé de esto en los cabellos para así calarme un tanto.- se dijo. Y cebó un mate tan lítotes que los pajarillos montaron al malacara en un abrir y datismo de ojitos. La china se le acercó por el catacresis y Manolito le gritó:
-Palindromía, vente hacia aquí o acuyá, desta agua no has de retruécano.
Y lo encontraron sus propios caballos, veinte meses más tarde, políptotoneamente y cerumen.
Nota (12): trabajo presentado con sobresaliente y felicitaciones en el segundo congreso panamericano internacional de Literatura y Belleza "¿Comunicarme? La pistola! Que se comuniquen ellos!".