Anónimo

La navidad (o natividad) ha sido siempre motivo de ingeniosas parodias o incluso homenajes desde los años más tempranos en escritoras de la estirpe de algunas que no terminaron el liceo y la educación secundaria. Las largas cabelleras, hoy día, quedan refunfuñando amaneceres alcohólicos y discutiendo en el cordón de la vereda (el borde de la acera) acerca de si la libertad existe o no, y cuál es su tenor graso en esos casos. Mazos de cartas. Imagínense al autor tomando parte en una desastrosa pará que sino pongo diario chorreo todo el piso.
¿Es dable mantener la interrogante primigenia de si el omelette debe quedar más sequito o, muy por el contrario el huevo no debe cocerse cómo está tu madre, bien? Abrimos el paraguas hoy, enfrentándonos a esta modernísima galantería de Papá Noel. Puro, pero para los antiguos vikingos (porque ahora hay vikingos en pila) los nórdicos, el árbol de madera simbolizaba la enumeración sistemática de cada persuasión que el ser humano debía poner en tela de juicio frente a sus superiores, el inspector, la directora, el gerente, la madre, la supervisora, el mantel, la castaña de cajú y la fruta abrillantada ¿sabés dónde te la podés meter?
Horrores sufrió sí, horrores sufrió la literatura de hoy con estas emanaciones perversas que produce el agenciamiento de culturas traviesas en la mancillada Europa y América del Sur invertida en las remeritas del verano, porque quiero que el sur esté al norte como quisiera que Vázquez estuviera en el lugar de Bush, entonces. ¿Roberto Arlt nos avisaba de esto? Leamos:

Qué curvas, mamita
qué casita para mis muñequitas

atendeme los chirimbolos

cuidando de que el bardo

la sangre no llegue al río


¿Hiciste la cartita?

¿Me dejás hacértela?

¿Eh?

¿Querés?

¡Dale!
¿Eh?

¿A qué sí?

¿Viste que de Leopoldo
Lugones no se habló más?

El fuego de nuestra pasión

encenderá la montaña

¡pero rajemos, carajo!
y si viene Santa

con una pieza y dos del mismo palo

el veterano canta
¿viste que tengo un halo?
te pasaste con el ajo

te seduce mientras te baña


Extractado de Si serás oxímoron, eh!
Profesor Inocencio Jirafales (años varios)


Con esto no hago más que enfatizar y ellos se hunden en mi alcoba como una torre de cavilaciones y crean la ilusión de texto ficcionado (un besito, un besito), tránsito postrero de la laguna que crea el saber hacer desde un saber hegemónico más psicoanalítico o casto, polímeros irresistibles, el reloj que marca las doce, abrimos los brazos, la cucharilla que te toquetea babosamente la palma del pecho, hoy! Hemos sobrevivido! Ahora comienza! Sh!
Sh!