Hermosas si no ciertas palabras de un chispeante grandilocuente contador genérico en pos de la tan tostadita que quedó ¿viste?
¿Es cierto que los números le dan a la literatura una marca de agua que resbala en la indolencia del lector? El mensaje que luchaba por deberes, ¿no es magia de bautismo o diezmo? Casi que te digo que cien años de Deleuze han venido a frenar una ponzoña que la estructura (prosa, pianitos y jugo) ha subyugado generosa. El mantel.
Pongamos otro ejemplo más chabacano: Heliogábalo.
Hoy me hablan las canillas
¿cómo?
Hoy me hablan las caderas asesinando
al ominoso frankfurter de
frigorífico Carlos Schneck
y las
Tus ojos te han conducido
a donde nunca he ido
nunca el truco, mija,
iría antes de tocar tu envido
P
El cotorrudo no se iba!
Qué lo parió hay que
avisarle que se llenó, sigue
comiendo como enfermo mental!
No, bien te juro que es en serio!
Hasta un miedo me debería de dar!
¿cómo?
Hoy me hablan las caderas asesinando
al ominoso frankfurter de
frigorífico Carlos Schneck
y las
Tus ojos te han conducido
a donde nunca he ido
nunca el truco, mija,
iría antes de tocar tu envido
P
El cotorrudo no se iba!
Qué lo parió hay que
avisarle que se llenó, sigue
comiendo como enfermo mental!
No, bien te juro que es en serio!
Hasta un miedo me debería de dar!
Entonces ya la lenta construcción del pasado como una nueva forma del diatónico pretérito "conciente" del lector al (escrituras hay varias, en ésta me puse fijador). Una nenita preciosa. Unas pecas insolentes. Contestador. ¿Holgazaneas?
Dime: ¿holgazaneas?
Dime.
¿Holgazaneas?
Dime: ¿te descalzas y tocas tus dedos imaginando el sombrerito que te va a tocar?
Ahá!
Dime: ¿holgazaneas?
Dime.
¿Holgazaneas?
Dime: ¿te descalzas y tocas tus dedos imaginando el sombrerito que te va a tocar?
Ahá!