Sófocles

"...prefiero una comunidad del 
idioma lo bastante educada 
y culta -lo bastante avanzada socialmente- 
como para que lo que se 
difundan en ella sean las hermosas 
variaciones de una lengua viva y 
popular, no los errores ni los 
vulgarismos."


Autor: Antonio Muñoz Molina
Título: Había, habían y A. Muñoz Molina
Fecha y hora: lunes, 08 de junio de 1998, 16:45 h


¡Ganaste un porrón de ginebra y no lo fuiste a buscar! ¡Encontrame! Ahí la macaneaste. Una mujer, una espoleta, una fisura al salir del trabajo con la bolsa de los huevos pegoteada por la maravillosa docencia etérea que nos muestra que el sistema, no solamente funciona como un engranaje en una tortilla de espinacas, sino que vuela de incógnito por la cintura de las hemorroides y viene, los martes y los jueves, a darles vuelta la cara a esos jóvenes patoteros que hoy en día saben cómo disfrutar del manicomio que resulta ser la dulce atmósfera en, por supuesto, los soles que avientan nuestras lenguas pordioseras. Es leche, es leche chorreando chancha la chica choza dormida en los labios negros del amor al esperma y las medias de rombos semi marrones, semi grises y sé mi puta gratuita. ¿Es así que dominamos el concurso? ¿O es que carcajeo y repiquetea en tu carcaj porque tu casa no sirve para el fin de semana? ¿Es en tus ojos de almendras que florecen las estrellas de frutilla que al menos van una vez al baño cada noche de alcohol y ceniceros o conchas mientras nos despedazamos en la cama a puro ejercicio de incisiva genitalidad tomada en serio por la vecindad? ¡Soy factor militar! Delegame el control del ventilador y te enseño a venerarte cuando sola estés.

Confiá en la delicia, el marketing y las hilachas de dulce baba fresca que bajan las paredes del ano como muñequitas de cármica que te hacen dar cuenta de que el amor es como un vertebrado que chupa las capas de la cebolla al ritmo del robot (insisto porque dormitás y hurgo para que llegues dormida) mientras en mi cabeza rondan las empanadas blancas de la comezón que llamaremos hambre a las tres de la mañana vengo con mis amigos y olas de fabricación artesanal chupadas por perros sin cámaras de no sé cuántos megapíxeles. Sé de lo sedienta que estás, pero a lo que me puse crema en los libros, guardá la perra en la ducha. ¿De qué te quejás?