Antonin Artaud

¡Qué belleza! Estás en la carpa con la laptop si es de mañana y los ojos cojean al devenir en la promesa más vaga te encuentras sulfateando la parra vecina de los hombres en defender el seis de escobas. ¿Ecuestre populacho? Venir te ha hecho macho y los jamelgos vacían de significados la cosa y el arsenal. Demos gracias que aún se han cos del tan fer cak y los violentos vientos alisios que patrimonian el supermercadismo. ¡Es por qué! Y guata sale de los ojos de la mentira. Mentira normal. Aceite de heno. Armas llevan los pobres y las cargas las arma el diablo. ¡Es muy pronto para bajarlo!

En el hocico (y ayunan).
En la mañana (y descalzo).
En las oficinas (y amparo).
En la guaranga (y ejecuto).

Y las balas preguntan si es prosa. Y los y las madres cantan hasta que les dan las tetas a algunos desprevenidos de cinco años y más. Y preguntan las balas si es prosa y osan contestarlas. ¿Es transfusión de sangre o las auroras cargan la batalla de la realidad en la televisión adulterada por las focas capitoneadas? Pues resulta que ni han venido ni hemos sido. Los poderes de la conversación, en esta noche de esteras, nos lavan la cabeza con shampoo preparado en la habitación del silencio. Una bata, un batero, una bolsa de agujeros y un remedio: tomar a consignación. Y todo lo que no te llena te hace sentir plena.

En El Principito (y flaquean).
En la cotorra (y fagocito).
En los auriculares (y moqueo).
En los paraísos (y podo).

¡A tu manera! ¡Pero y con todas las letras! Es arcano y viene desde tiempos de diseño (cualquier biblia es La Biblia). Ya entiendo que vas tragando la intención, el escalafón y un digestivo reflejo de Sinatra el cantor. Pero si baila en la caña, movelo a lo tenue y sacate la remera que vas a explotar de puro ómnibus y Ciudad Vieja, tomando las curvas como una putísima moneda de las pretéritas y estoy hablando de vos, del verano, del este y de tus copias fieles a las propias pieles. ¿Te chamuscaste el concepto? ¡Ja! ¡No vas a querer entender, nena! Al ritmo se lo lleva el Mercado Modelo a seguir, porque de buenas a primeras, la facha es lo que te hace heroína. Y todo lo que no termina te ilumina.